sábado, 23 de febrero de 2008

Censores postmodernos

Empecé el blog, hace unos meses, con una reflexión sobre la educación para la ciudadanía. Semanas después me pidieron colaboración para la reaparación del Hermano Papel y acompañé un artículo sobre esta misma cuestión con un enfoque algo distinto.

El artículo iba a publicarse, y así figuraba en la relación que se me envió poco antes de que se enviara a imprenta el número cero de la nueva temporada... Pero parece que después alguien decidió que no "convenía" a sus intereses de reposicionamiento interno mostrarse tan generoso con las opiniones discrepantes poco antes de las elecciones. Aunque el reposicionamiento fuera en un partido político y las opiniones en una asociación que nada tiene que ver con los manejos municipales o autonómicos.

Agradezco, en todo caso, el esfuerzo (que sé que no es poco) por volver a publicar el Hermano Papel. Eso es más importante que la inserción de un artículo de más o de menos. Pero resulta extraño a lo que debía ser la forma de proceder en una asociación como esa las censuras de este tipo.

El artículo era simplemente este.

DIECIOCHO PROPOSICIONES Y UNA POSTDATA ACERCA DE LA EDUCACIÓN
(PARA QUE SIRVAN AL DEBATE SOBRE LA EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA)

1.- Para lograr un adecuado nivel de cohesión social es necesario compartir unos principios básicos.
2.- Estos principios básicos deben inculcarse en la escuela.
3.- Para inculcar estos principios básicos, tanto sirve una asignatura específica, como ir trufando con ellos el resto de las asignaturas.
4.- Ambas opciones son igualmente válidas.
5.- Los principios básicos no deben confundirse con las creencias, las ideologías, lo políticamente correcto,…
6.- Tampoco con las leyes (de suyo contingentes en cualquier democracia).
7.- Principios básicos son sólo aquellos sin los cuales una sociedad deja de ser lo que es.
8.- Por ejemplo, en nuestra sociedad, el respeto a la vida, la libertad de expresión, la libertad de creencias religiosas,… En definitiva, los derechos civiles propios de la cultura occidental.
9.- No son principios básicos la forma de vivir la sexualidad, la distribución autonómica del poder político, el consumo responsable, el cambio climático, los derechos de los homosexuales, la concepción de la familia, el papel de la religión en la sociedad,…
10.- En todas estas materias, el Estado no puede imponer una determinada forma de entender el mundo.
11.- No debe ni siquiera proponer una forma concreta de enfocarlas o sugerir que hay diversas formas de verlas.
12.- En el mundo de los valores, de la política, de la ideología,… la familia es la única competente para la educación de los niños y los jóvenes.
13.- Un Estado (o 17 Comunidades Autónomas) que trata de utilizar la escuela para trasladar su visión del mundo se convierte, sólo por ese motivo, en totalitario.
14.- El adoctrinamiento de las conciencias por parte del Estado es la violación más perniciosa de la libertad individual que puede cometerse.
15.- Ni siquiera las elecciones otorgan a un Gobierno o permiten a un Estado imponer su visión del mundo.
16.- Porque la libertad individual a la formación de la conciencia (la libertad de pensamiento, al fin y al cabo) es un derecho humano anterior (y superior) a cualquiera que pueda tratar de atribuirse el Estado.
17.- Cuando un Estado o un Gobierno trata de atribuirse cualquier derecho por encima de los derechos humanos individuales, realiza una actuación ilegítima.
18.- En ese caso, los ciudadanos tienen la obligación moral de reivindicar su derecho a que el Estado no invada su ámbito de libertad.
PD. Lo difícil, por tanto, será dilucidar hasta dónde llega el derecho de los padres a la educación en valores y dónde comienza el del Estado a trasladar los principios básicos de organización social. No habiendo criterios irrefutables, un Gobierno prudente haría bien en abstenerse de establecer nuevas materias que linden con el mundo de los valores o de una cierta visión del mundo si la práctica totalidad de la sociedad no la reclama abiertamente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estás un poco pallá, Eterso.

¿De verdad te crees lo de la "censura", o sólo es una pataleta de tu ego?

Si te lo crees, creo que lo honesto habría sido coger el teléfono y plantearlo a quien corresponde. Si es lo otro, ciertamente éste es el lugar.

Efectivamente, si nos la cogiéramos con papel de fumar, deberían haberte comentado que tu artículo al final no pudo publicarse exclusivamente por falta de espacio apropiado para elo. Pero creo que puedes comprender mejor que casi nadie que relanzar el Hermano Papel desde el trabajo casi exclusivo de una persona -muy ocupada, por lo demás- le excusa, a ese mismo, de ciertas delicadezas. Puede entenderse una cierta (infantil) desilusión por tu parte, pero lo demás es mear fuera del tiesto, de ese que ilustraba tus columnas de la última página.