sábado, 7 de febrero de 2009

Diez preguntas (impertinentes) sobre Eluana

¿Es la vida un bien que debe protegerse de forma absoluta o es lícito no protegerla o incluso atacarla en algunas circunstancias: legítima defensa, guerra contra Estados totalitarios o contra agresiones exteriores, tratamientos terapéuticos que mitigan el dolor y aceleran la muerte, tratamiento que alargan la vida de forma “artificial”,…?

Si desconocemos si Eluana siente o no. Cómo siente. Qué desea. ¿Puede alguien decidir retirarle el alimento y la bebida?

Si Eluana no responde desde hace muchos años a ningún estímulo exterior, ¿puede alguien obligar a otro a mantenerle el alimento y la bebida?

¿Es la familia –y cualquier familia- quien debe decidir hasta dónde desea cuidar y mantener a sus miembros?

¿Es el Estado quien puede decidir hasta dónde hay que cuidar y mantener a sus contribuyentes?

¿Cuál de las respuestas a las dos preguntas anteriores permite impunemente comportamientos más totalitarios?

¿Puede el propio individuo decidir “libremente” qué debe hacerse con su vida cuando lleguen ciertas situaciones, sin saber qué es lo que sentirá en esos momentos? ¿No es una renuncia –nula- a derechos futuros: a la vida, a un tratamiento médico, al cuidado,…?

¿Puede un dirigente político burlar las leyes de un Estado de Derecho para salvar una vida humana?

¿Pueden ser legítimas leyes que hayan de burlarse para salvar una vida humana?

¿Hasta dónde están todos –estamos todos- preocupados por una vida humana o son sentimientos mucho más innobles los que les –nos- mueven?

4 comentarios:

José María JURADO dijo...

Los casos extremos sólo sirven para plantear el conflicto, para generar el debate, pero no puede uno pronunciarse porque le faltan los detalles, la intrahistoria.

Sin embargo y objetivamente:

a)Dejar de alimentar a un ser humano es un homicidio.

b)Me parece encomiable, digna y valerosa la actitud de Berlusconi, porque estoy convencido de que no le mueve sólo el salvar la vida de Eluana, sino el hecho de salvar su conciencia, así estipulado parece egoísta, pero no. El hecho de que un político no se conforme y active todos los resortes que permitan elevar a ley una norma de conciencia subjetiva sólo puede ennoblecerlo, porque efectivamente existe un estado de Derecho, pero si ese Derecho es positivo y no natural, puede estar como es el caso, equivocado.

Sobre la conciencia no hay ley.

Y esto al margen de lo excéntrico del personaje.

Tanto el asesinato como las leyes ad hoc (a Bush) le paso algo parecido, sientan precedentes peligroso, ¿y? dicen unos ¿y? decimos otros.


Gracias por atreverte a preguntar.

Anónimo dijo...

¿Puede un dirigente político burlar las leyes de un Estado de Derecho para salvar una vida humana?

Son todas buenas, pero ésta está incompleta si no se añade:

¿Puede un dirigente político burlar las leyes de un Estado de Derecho para dejar de salvar una vida humana?

Es que el ex-comunista Napolitano también juega en este drama, y no limpio precisamente.

Danipeich

alelo dijo...

1.-Sí, hay que protegerla.
2.- No sé.
3.- No sé.
4.- Puede.
5.- No.
6.- Las dos, según qué casos.
7.- Eso son dos preguntas.
8.- No.
9.- No.
10.- Hasta que no afecte a uno mismo o a algún familiar.

¿He aprobao? ¿Paso a la siguiente fase?

Anónimo dijo...

Alelo, aprobado, pero me temo que ha resultado que no hay más fases.

Efectivamente, José María, lo peligroso de los casos extremos es que pueden convertirse sólo en un elemento de debate y pueden hacernos olvidar que detrás existe una vida humana. Como me temo que ha sido el caso (al menos, para muchos).

Y la pregunta que planteas, Dany, también es oportuna. Efectivamente, han sido muchos los que no han jugado limpio.