viernes, 7 de marzo de 2008

Faltan... 10 días

Y al final de la cuaresma, de los cuarenta días de penitencia reducida, ¿qué ha cambiado en nuestras vidas?

Es muy duro, pero es, al fin, lo único que importa: cada ser humano que contemplamos cerca de nosotros, ¿es un hermano? ¿lo tratamos como tal?

La cruz y la imaginería de antaño no sirven más que para reivindicar un espacio de libre intercambio de ideas y sentimientos. Pero siguen ahí: ¿milagro del destino o signo de protesta?

Era más fácil la vida de la infancia...

3 comentarios:

alelo dijo...

Oye perdona, que pasado mañana faltarán ocho días pero a lo peor no voy a poder venir porque es domingo... y el domingo es el día del Señor... y el señor de mi casa soy yo... y ese día no me dejan que me conecte porque me ha dicho mi "mujé", que es una señora muy elegante que vive en mi casa, que ese día no me apetece porque me tengo que dedicar a los churumbeles. Dice además que "aluego" se me cansa la vista por culpa de esta maldita cuarentena que me apresa. Y encima se ríe y yo no le veo la gracia... que seguro, cuando ella se ríe, es porque la tiene.

Sólo quería que lo supieras... para que luego no me digan que soy un faltón... que es una palabra muy fea.

Un abrazo.


Fdo: ilegible.

marialonso dijo...

Oiga, ¡qué empeño tienen en este blog con contar los días que faltan! Vaya, que el día cero les veo a todos con un ataque de nervios, tanto contar, tanto esperar, tanto... Claro, ya se lee entre el público a mucho impaciente que va contanto los días de dos en dos, como si no hubiera bastante con el de hoy, que a mí personalmente me parece tan importante como el de mañana. Pero, oiga, cada cual con sus manías...

Y...sí, antes todo era mucho más fácil o, al menos, lo parecía. Pero es que ahora ni lo parece.

alelo dijo...

Claro, ya se lee entre el público a mucho impaciente que va contanto los días de dos en dos, como si no hubiera bastante con el de hoy...

Aquí el único que cuenta de dos en dos soy yo... que no quiero perder la costumbre ni los días que faltan para que no quede ninguno. Claro que cuando no quede ninguno yo tendré que volver a decirle al dueño del blog que han pasado dos días desde...

Joé, pues va a ser verdad que esto de contar es una tontería.

Por cierto Señora the Bride a usted ¿qué más le da si contamos o no contamos? A mí me importaría tres pepinos si no conociera de vista al dueño de la bitácora, que es como un blog pero bien escrito.

Con Dios.